Los encuentros de
“moteros” ya no tienen aquella imagen folclórica un tanto americana de
motoqueros plenos de cuero, melenudos, con grandes barrigas de cerveza y
enormes motos del tipo “chopera”. El uso de las motocicletas se ha extendido
tanto, que ayer había una buena muestra de “todos” en el Cristo Redentor, a 4.000 metros de
altura. Desde abuelos con hijos y nietos, hasta jóvenes con sus primeras motos.
Desde gente con decenas de miles de kilómetros en los hombros, hasta
principiantes.
La excusa para el
encuentro era un saludo anual entre motoqueros de Mendoza y de Chile,
organizado por los Falconeros Mendocinos y Falcón Trail Chile. Y
aunque estaba orientado a quienes usan motos del tipo “trail” (doble propósito,
útiles para subir la montaña) hubo de todo. Desde antiguas choperas, pasando
por grandes BMW, motos del tipo “calle”, y por supuesto, las Honda Falcón. Muchos clubes de motos
mendocinas participaron, además de los Falconeros, estaban el Club Bajaj Mendoza, la Armada Mendocina
y varios más.
Cientos fueron los
motociclistas reunidos en la cumbre del Cristo Redentor ayer, a pesar de las
malas condiciones del cruce por el Cristo desde Chile, y las congestiones
enormes e insufribles de la Ruta
7 del lado argentino.
Hubo momentos de mucha emotividad, como cuando antes de salir
desde Uspallata, Daniel “Duende” Díaz desplegó una bandera pidiendo
justicia por Guadalupe Codes. Los aplausos fueron intensos. “Mauricio Codes es
de los nuestros. Vendió su moto para el tratamiento... Guadalupe andaba entre
nosotros, y ahora no está” dijo Díaz, con la voz quebrada.
El encuentro se
denominó "II Encuentro por la
Paz entre ciudadanos comunes"", y fue un éxito. Arriba,
se desplegaron banderas de Argentina y Chile, hubo saludos, abrazos, cantos,
banderas de distintos lugares de la Argentina , y varios mitigaron el intenso frío con
chocolate caliente y sopaipillas de un matrimonio chileno.
El encuentro fue multitudinario, el tránsito hasta el Cristo fue
ordenado y sin incidentes, y de regreso, los motoqueros llevaron su alegría y
emociones a Uspallata, donde abundaron los almuerzos de parrilla libre y
chivito. 
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