lunes, 10 de octubre de 2016

Polémica por el dique que Daniel Vila construye en una cascada

Un video en un "oasis" de Mendoza se viralizó y estalló el escándalo. Las imágenes, tomadas por un grupo de motocilistas que practican la modalidad enduro en la reconocida estancia de San Isidro, en pleno pedemonte, en la comuna de Las Heras, muestran el agua cayendo de una cascada pública y retenida, no sólo por un polémico acueducto, sino por una nueva y sorprendente obra: un dique que está siendo construido por el propietario del lugar, el empresario de medios Daniel Vila.
En ese sitio, el reconocido hombre de negocios mendocino, presidente del Grupo Ame´rica, tiene una de las estancias más famosas del país, donde no sólo suele descansar los fines de semana, sino que allí realiza grandes fiestas y eventos con personalidades políticas y del espectáculo, como es la Vendimia Solidaria, todos los años, en marzo.
Ante estos nuevos trabajos de infraestructura, que llamaron la atención a la ciudadanía, sobre todo porque el video se propagó como la pólvora y porque la provincia ha estado con varios años en emergencia hídrica, Vila salió a dar su versión de los hechos y cargar con furia contra los "intrusos" que tomaron las imágenes y los que difundieron públicamente esta situación. Además, aclaró que las tareas han sido inspeccionadas por el Departamento General de Irrigación (DGI), aunque en el organismo hay gran hermetismo.

La cascada de la polémica.

"El objetivo de esta obra, lejos de perjudicar a los mendocinos como maliciosamente intentan instalar estos motociclistas, consiste en mejorar el sistema de captación, conducción y distribución del agua que nace en las vertientes de la zona y cae por la cascada, con lo que se evitan filtrados y la pérdida de tan valioso recurso cuando escurre libremente. De esta forma se aprovechará el 100% del agua en beneficio de todos los propietarios cercanos en dicha zona", indicó Vila, quien aseguró que cuenta con la autorización oficial.
Hace casi 15 años, luego de una denuncia anónima que advertía del desvío del agua del arroyo San Isidro hacia el barrio Dalvian, conglomerado emblema de la familia Vila, comenzó a ponerse el foco en este lugar. Luego, aunque esto no se logró comprobar, las inspecciones oficiales advirtieron un sistema hidráulico que derivaba el líquido hacia la estancia del lugar. Toda esta situación ha quedado bajo investigación judicial y con intervención de la Corte, en cuanto al acceso y el uso de cursos de agua de dominio público en propiedades privadas, mientras el empresario avanza con el dique, que para los denunciantes significaría abastecer aún más el barrio privado, ubicado tierras abajo.
"Durante muchos años se mantuvo una polémica sobre el carácter de esas aguas, tema que ha sido resuelto de común acuerdo con la DGI y su implementación se encuentra en curso", explicó Vila sobre el estado del conflicto.
El diario local MDZ fue el primero en dar a conocer las recientes imágenes de los motociclistas que circulaban por la zona y en hacer hincapié en las "maniobras de Vila para quedarse con la exclusividad de las aguas de San Isidro, en perjuicio de otros usuarios autorizados por el DGI, en su mayoría".
Ante esto, Vila cargó contra los propietarios de ese medio, la familia Terranova, dueños de Publicidad Sarmiento. "Desde ayer circula en redes sociales un video que en primera instancia resulta llamativo. Enfundado en la típica indumentaria de quienes hacen enduro, un grupo de motociclistas desde el anonimato formulan una denuncia que dejando de lado los términos agraviantes, resuelta falsa e infundada", inicia el escrito. En su descargo, Vila lanza un fuerte comentario, de tono personal, contra los dueños de esa firma. "La prepotencia, la mentira y la difamación que demuestra el vídeo publicado en un portal, no se compadece con la realidad que hemos descripto. Confundir lo público con lo privado es un grave error. Mentir sobre una obra que tiende a potenciar un recurso natural escaso, como es el agua, haciendo aparecer a quienes la llevan adelante a su costo como delincuentes, constituye una infamia. Haber soportado pacientemente durante décadas la intromisión de terceros en la propia casa, es un hecho que deberemos remediar, sobre todo cuando a cambio de la hospitalidad se recibe rencor", agrega Vila en su carta, y remata así: ¿Será que a los Terranova les resulta familiar que les intrusen sus hogares?".
Luego de la viralización de las imágenes y la repercusión que ha tenido este hecho en las redes sociales, desde el perfil en Twitter de diario UNO intentan dejar en claro el impacto positivo de la mano de Vila en el lugar. "Hace 30 años San Isidro era un desierto en el pedemonte. Gracias al uso responsable del agua hoy es un oasis", expresaron. Mientras, los cuestionamientos, las dudas y las críticas al empresario y al Gobierno no se detienen en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp.


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