Mendoza presenta una extrema aridez, en donde influye la escasez de precipitaciones y una gran amplitud térmica diaria y estacional. Esta aridez se encuentra interrumpida por los oasis cuyanos, formados a orillas de los ríos que nacen en los glaciares cordilleranos.
La
vegetación xerófila y la ausencia de árboles son elementos frecuentes en
el paisaje mendocino silvestre; la que puede observarse particularmente - donde
ha sido muy estudiada - en la turística zona de Paramillos de Uspallata. Por otra parte,
la vegetación implantada está constituida por árboles frutales, álamos,
moreras, fresnos, plátanos, arces y vides. Los mismos se encuentran en todos
los oasis de la provincia irrigados por las típicas acequias
y canales de riego.
Encontramos distintas regiones;
La zona subandina y provincia del monte, al
este de la anterior, es muy extensa y abarca el piedemonte, la planicie y la
región de las Huayquerías. La característica de esta área es la vegetación
arbustiva como jarilla en sus distintas variedades, el piquillín,
espinillos, garabatos y penca. Hacia el este se observan molles, retamos
y chañares, y al noreste algarrobos y caldenes. En las quebradas por donde fluyen
los ríos se desarrolla una vegetación mucho más variada y rica que la región
del monte.
En el sur mendocino, que incluye toda la zona de la Payunia , predomina la
estepa arbustiva y se observa juncos y gramíneas, chilcas, jume y otros.
En la
región cordillerana se encuentran plantas gramíneas y arbustos de hojas
apretadas, que le permiten resistir las bajas temperaturas. Hacia la llanura
encontramos árboles de hasta 20
metros de altura, con predominio de vegetación
arbustiva. Hacia el sur se encuentran pastos y arbustos característicos de
zonas esteparias y hacia el este prevalecen los espinales.
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